Con un nuevo salto mortal, tras la ruptura del viernes en la centroderecha de Berlusconi con su socio, el xenófobo de la Liga Norte Matteo Salvini, se logró un acuerdo al borde del abismo que permitió elegir en el Parlamento a los presidentes de ambas cámaras: Roberto Fico enDiputados por el Movimiento 5 Estrellas, el partido más votado (32%) en las recientes elecciones del 4 de marzo; y Elisabetta Alberti Casellati, 61 años, abogada y ex ministro de Silvio Berlusconi, perteneciente a Forza Italia, centroderecha.Estos fueron los resultados, pero el vencedor de la gran pulseada política fue el racista Matteo Salvini pese a que ninguno de sus parlamentarios fue elegido para las presidencias parlamentarias.
Salvini se demostró un hábil líder que supo enfrentar a Berlusconi y obligarlo a abandonar a su candidato y tragarse la “traición·” de su socio que jugó todo el partido en acuerdo con el Movimiento 5 Estrellas. La era berlusconiana concluyó prácticamente en estas horas. El tres veces ex primer ministro que dominó veinte años de la vida política italiana perdió el control de la centrodercha. Beppe Grillo, el fundador del 5 Estrellas comentó con ironía: “aqui hay que bailar el tango, cuya clave es dirigir la pareja”. Berlusconi participa de la danza, pero ya no la dirige.
Aunque todos los protagonistas explicaron hasta el hartazgo que la elección de los presidentes parlamentarios no tenía nada que ver con la formación del próximo gobierno, la verdad es que las maniobras, encontronazos y resultados de las votaciones en el Senado y la Cámara de Diputados han dejado huellas profundas acerca de lo que ocurrirá a partir de las consultas que comienzan el 3 de abril, pasada la Pascua, para formar el nuevo Ejecutivo en medio de una tormentosa confusión.
Predomina la certidumbre de una alianza entre el Movimiento 5 Estrellas y la Liga Norte de Salvini para dar vida a un gobierno “de programa”, que algunos ya llaman “gobierno Frankestein”, con el objetivo de reformar la ley electoral, aprobar la ley de presupuesto y adoptar otras medidas impostergables, para después mandar a todos a casa y obligar al presidente Sergio Mattarella a disolver el Parlamento y convocar a elecciones generales anticipadas.
Entonces sí se enfrentarían los líderes que resultaron victoriosos en los comicios legislativos del 4 de marzo, pero sin que ninguno haya obtenido una mayoría autónoma en las cámaras, un elemento imprescindible en un país con un régimen parlamentario, en el que los gobiernos nacen y mueren en el Senado y la Cámara de Diputados.
Competirán en esta lucha postergada para primer ministro el líder de los “grillinos”, Luigi Di Maio, 31 años, y el capo de la Liga Norte, Matteo Salvini. Berlusconi está fuera de juego por una condena penal por fraude fiscal que le impide hasta el año próximo ejercer cargos públicos.
Tanto Di Maio como Salvini apuntan a que las futuras elecciones sancionen una nueva era de bipolaridad perfecta. Hasta los comicios del 4 de marzo existía una cuadro político de tres polos de poder: los populistas de 5 Estrellas, los derechistas de la Liga Norte y de Forza Italia de Berlusconi, aliados, y el partido Democrático gobernante de centroizquierda, el segundo gran perdedor de las recientes elecciones generales que han dejado en agonía a la sinistra.
Los ·grillinos· tendrían que ocupar el lugar del partido Democrático y Salvini y la Liga Norte liquidar de una buena vez lo que queda de Forza Italia y el liderazgo de Berlusconi, que es difícil que pueda volver ser el hombre del destino tras estas últimas derrotas y el peso de sus 81-82 años.
¿Se hará realidad este escenario? El panorama luce muy complicado y las dificultades son enormes. Pero las alternativas no se adivinan en el horizonte. Sobre todo porque los resultados de las elecciones generales del 4 de marzo mostraron un rechazo mayoritario hacia la izquierda y las elites del stablishment por parte de los sectores más pobres y postergados en la sociedad italiana, que expresaron su rabia favoreciendo a los “grillinos” y a Salvini.
Para muchos parece una pesadilla que ya pasará, pero no hay que olvidarse del genial cuento mas corto de la literatura fantàstica, escrito por el guatemalteco Augusto Monterroso y contenido en una frase: “Cuando despertó el dinosaurio seguía allí”.
El dinosaurio es el terremoto político que ha dado vida a una nueva era en Italia y que ha llegado para quedarse. También los vencedores de las elecciones saben que la confusa rabia popular puede terminar poniendo a ellos mismos en la picota.
La crisis económica, social que se inició en 2008, peor que la Gran Depresión de los años treinta para muchos países, incluída Italia, ha terminado de convertirse en crisis política. Para volver a los tiempos precrisis en Italia será necesario crecer al 2-2,5% otros cinco años por lo menos. Los pobres y descartados no paran de multiplicarse, aunque se anuncie que el país crece a un 1,5% y que las exportaciones suben. Italia está último envigor desarrollista entre las 27 naciones de la Unión Europea, sin contar a Gran Bretaña que se está yendo. Tanto los grillinos como la derecha “soberanista” de Salvini atacan a la Unión Europea aunque saben que Italia tiene problemas estructurales que la hundirían si pierde los lazos con la UE. La deuda pública llega al 130%, o sea 2,28 billones de euros. Una estampida de capitales y un rechazo en la compra de títulos públicos pondría al país de rodillas. Todos los años se pagan intereses sobre la deuda pública que arañan los cien mil millones de euros.
La centroderecha ha formulado promesas electorales que ahora deberá cumplir mínimamente si forma parte de un gobierno: reducir los impuestos al 15-20%,ampliar la seguridad social y sanitaria que viene siendo recortada con el pretexto de los tiempos de crisis. El Movimiento 5 Estrellas hizo un capote de millones de votos en el empobrecido sur italiano asegurando que en el gobierno impondrá el rédito de ciudadanía, que garantizará un ingreso mínimo de casi 800 euros para todos. Berlusconi retrucó con más promesas: jubilaciones y pensiones mínimas de mil euros. Subsidios para las madres y para los propietarios de animales domésticos, dentaduras postizas gratis para los ancianos. Esta orgía de promesas demagógicas, si son despreciadas, producirán una bronca social mucho mayor que los votos de castigo.
Más allá del detalle de los manejos politicos, ésta es la realidad que ahora el presidente de la República, Sergio Mattarella, deberá manejar en las consultas para dar vida a un gobierno “de programa” en abril, en negociaciones que pueden prolongarse más de lo que deben. Y si hay elecciones anticipadas, se llegará a las urnas sentados sobre un volcán. El dinosaurio sigue allí.